Innovación

¿En qué consiste el proyecto de Ley sobre neuroderecho?

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Durante los últimos años han salido a la luz desarrollos que anteriormente sólo veías en películas de ciencia ficción, algunos de los cuales son verdaderamente impresionantes.

Un ejemplo de ello es Neuralink, la start-up del multimillonario Elon Musk que ha creado un chip que se implanta en el cerebro y es capaz de monitorear la actividad de 1.000 neuronas cerebrales. Hasta ahora sólo se ha probado en animales, pero es cuestión de tiempo que llegue a humanos y se puedan descargar pensamientos, sentimientos, emociones y experiencias.

Este tipo de instancias representan una oportunidad para mejorar la calidad de vida de las personas -sobre todo de aquellas con limitaciones- y de crear “superhumanos”. ¿Lo malo? No existen leyes que velen por la equidad, el derecho a la privacidad y por la seguridad de las personas.

¿Qué son los “neuroderechos”?

Siguiendo la idea anterior, los neuroderechos se enmarcan en un proyecto de ley que surge en Chile con el objetivo de regular aquellas nuevas tecnologías ligadas a la neurociencia que, aunque buscan ofrecer bienestar, también suponen un riesgo para la identidad personal, el libre albedrío y la privacidad mental.

El 7 de octubre del 2020 fue presentado al parlamento el proyecto de ley sobre protección de los neuroderechos y la integridad mental, y el desarrollo de la investigación y las neurotecnologías, donde posteriormente fueron aprobadas las ideas matrices. Con ello, Chile se es pionero en implementar leyes asociadas a las neurociencias y velar por el derecho a la privacidad.

¿Qué contempla el proyecto de ley de neuroderecho?

Aunque aún se espera que continúen las modificaciones, este proyecto de ley busca redefinir ciertas partes de la Constitución para llevarlas a un contexto moderno. La propuesta contempla tres puntos principales:

1. Integridad física y psíquica de las personas

Implantar estas tecnologías puede derivar en afecciones físicas -por malas prácticas u otras consecuencias desconocidas- o psíquicas. Son situaciones que aún no se conocen, pero que deben tener un marco legal.

2. Protección y seguridad de la información neuronal

Por otro lado, se considera la protección de los datos neuronales, una arista sumamente delicada considerando que avances como los de Neuralink podrían transgredir la integridad de la información de las personas.

3. Autonomía o libertad de decisión

Por último, se busca abarcar el derecho a la libertad, el cual se manifiesta desde la toma de decisiones hasta el desplazamiento, considerando que este tipo de desarrollos podrían afectar esta capacidad de “decidir libremente”.

El debate en torno a la seguridad de la información

A raíz de las neurociencias y la implementación de tecnologías en el cerebro humano, han surgido una serie de debates.

Por ejemplo, ya existen técnicas de imagenología que permiten observar la línea de pensamientos de una persona, pudiendo extraer -de cierto modo- lo que estás pensando. Por otro lado, ante la posibilidad de insertar dispositivos en el cerebro para obtener mejores capacidades, se abre la puerta a la creación de superhumanos e inequidad en la población.

Además, si te conectaras tu cerebro con un robot o una máquina peligrosa para evitar poner tu integridad física en riesgo, pero ocurre un accidente y termina lastimada otra persona, de quién es la culpa, ¿tuya o de la máquina?

En general, estos “puntos ciegos” son los que intenta cubrir el proyecto de ley. Aunque aún las neurociencias no están demasiado avanzadas, en los próximos años la situación será otra y será necesario que los neuroderechos estén bien definidos.

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